Las cifras del Presidente AMLO esperaban que México crecería 2% en el 2019, sin embargo la realidad fue una desaceleración económica, principalmente por una menor inversión de la IP.
AMLO había señalado en reiteradas ocasiones que México solo tendía un menor crecimiento, pero no tendría una desaceleración como los analistas, bancos y calificadoras lo habían pronosticado.
Luego de una década, cuando la economía mexicana se contrajo derivado de la crisis económica internacional en el 2009, el fantasma de la contracción económica vuelve a estar presente en México, en esta ocasión por “factores internos”.
Uno de los factores habría sido una menor inversión de las empresas mexicanas y de capital extranjero, ante la incertidumbre de las políticas económicas del presidente Andrés Manuel López Obrador
De acuerdo a cifras presentadas este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano mostró una caída del 0.3% a tasa anual, para registrar una ligera contracción de un 0.1% durante todo 2019 respecto al año anterior.
Además, el PIB no varió a tasa desestacionalizada en el cuarto trimestre de 2019, frente a un nulo crecimiento entre los meses de julio y septiembre y tras una leve caída en el primer semestre, según datos preliminares reportados por el INEGI. La cifra fue ligeramente mejor que la contracción de 0.1% esperada por analistas privados.
A finales de julio del 2019, el INEGI había reportado que México había tenido un crecimiento del 0.3% durante el primer trimestre de ese año y AMLO celebró el mínimo crecimiento de la economía mexicana, sin embargo.
El Presidente AMLO, que ha criticado el capitalismo, ha dicho que es más importante el desarrollo económico y la distribución de la riqueza antes que las cifras del PIB, en un país donde cerca de la mitad de la población vive en la pobreza.
López Obrador había prometido desde su campaña electoral impulsar un crecimiento de la economía a un ritmo del 4% anual, pero en 2019 ajustó la cifra de ese año a un 2% y desestimó las rebajas de pronósticos de organismos multilaterales y calificadoras, asegurando en todo momento que México no tendría una desaceleración.